Испанский перевод Х. Ф. Санчеса
Источник: Cantar de la gesta del principe Igor. Madrid, 1986.
- 1. ¿No sería de justicia, hermanos, relatar con palabras añejas la triste gesta de Igor, de Igor, hijo de Sviatoslav?
- 2. Bien será que comencemos el relato según las verdades de hogaño y no al modo de las fábulas de Boyan,
- 3. pues Boyan el sabio, cuando narraba una historia, dejaba correr su fantasía cual ardilla por el árbol, cual lobo pardo por la llanura, cual águila gris bajo las nubes.
- 4. Dicen que así hacía aquél al evocar las hazañas de los tiempos pasados. Soltaba entonces diez halcones sobre una bandada de cisnes; el primer cisne apresado, ese entonaba un canto a Yaroslav el viejo, a Mstislav el esforzado, el que degolló a Rededia ante las huestes kazogas; a Román el hermoso, hijo de Sviatoslav.
- 5. En verdad, hermanos, no eran diez halcones los que Boyan soltaba sobre una bandada de cisnes; eran sus mágicos dedos que posaba sobre las cuerdas vivientes, y ellas solas cantaban la gloria de los príncipes.
- 6. Comencemos, hermanos, el relato por el viejo Vladimir hasta eí Igor de hoy, que se endureció en la batalla y templó su corazón en la hombradía
- 7. y que pleno de espíritu guerrero llevó sus valientes mesnadas contra la tierra Poloviana, por la gloria de la tierra rusa.
- 8. Miró entonces Igor el sol reluciente y vio que una sombra anublaba su hueste
- 9. y dijo así Igor a los suyos:
- 10. «Hermanos y vasallos, más vale caer muerto que cautivo. Montemos, hermanos,
- 11. nuestros briosos caballos y contemplemos el Don azul.»
- 12. Obstinado el príncipe en beber agua del gran Don, desatendió las señales celestes.
- 13. «Quiero con vos, rusos –dijo– quebrar mi lanza en el borde del campo poloviano. Y si no muero en la demanda, beberé en mi yelmo agua del Don.»
- 14. ¡Oh, Boyan, ruiseñor de los tiempos pasados! ¡ Con tus trinos, ruiseñor, hubieras cantado a esas mesnadas, elevándote con la razón hasta las nubes, entrelazando la gloria de antaño y la de hogaño, rastreando como un lobo por la senda de Troyán, por la llanura hacia el monte!
- 15. Entonces la gloria de Igor, nieto de Oleg, habríase cantado así:
- 16. «No son halcones que la tormenta arrastra a través de la vasta llanura: son cornejas que van en bandada hacia el ancho Don.»
- 17. O tal vez hubieras comenzado así, sabio Boyan, nieto de Veles:
- 18. «Los caballos relinchan allende el Sula, tocan a rebato en Kíev, resuenan las trompetas en Nóvgorod, tremolan las banderas en Putivl.»Igor espera a Vsévolod, su hermano amado.
- 19. Y esto le dijo Vsévolod, el toro fiero:
- 20. «Eres mi único hermano, mi única luz de luz eres, Igor. Somos entrambos hijos de Sviatoslav,
- 21. ensilla, hermano, tus rápidos corceles,
- 22. los míos ya están prestos cerca de Kursk.
- 23. Mis kurianos son hombres diestros: han sido envueltos en paños al son de trompetas, acunados bajo los yelmos, alimentados de la punta de la lanza;
- 24. tienen andados los caminos, conocen las cañadas, llevan armados los arcos, destapadas las aljabas, bien afilados los sables;
- 25. cabalgan cual lobos pardos en descampado, buscando honra para sí y gloria para su príncipe.
- 26. Puso entonces el príncipe Igor el pie en el estribo dorado y partió campo adelante.
- 27. El sol opuso a su marcha las tinieblas;
- 28. la noche, anunciando tormenta, despertó con el trueno a los pájaros; se alzó el aullar de las fieras;
- 29. la lechuza gritó desde la copa de un árbol y puso sobre aviso a las tierras ignotas del Volga, del litoral, de Surozh, deKorsun y a ti, ídolo de Tmutarakán.
- 30. Huyeron los polovianos por yermo hacía el magno Don; chirriaban sus carros a medianoche, como el chillar de cisnes espantados.Igor conduce sus huestes al Don.
- 31. Los pájaros en los robledos avizoran desventuras; los lobos en las cañadas invocan infortunios, las águilas con su garlido concitan a las alimañas al festín, las raposas ladran a los escudos bermejos.
- 32. Oh, tierra rusa, quedas ya del otro lado del alcor.
- 33. La noche se hace larga.
- 34. Por fin se encendieron los claros del día, la niebla envolvió los campos,
- 35. amansóse el trinar de los ruiseñores, el parloteo de las cornejas.
- 36. Circundaron los rusos la vasta llanura con sus escudos bermejos, buscando honra para sí y gloria para su príncipe.
- 37. La mañana de un viernes arrollaron a las impías algaras polovianas y, esparcidos como flechas por el campo, raptaron a las hermosas doncellas polovianas y cobraron oro y cendales y ricos terciopelos.
- 38. Con las gualdrapas, mantos y pellizas tendieron estriberones por charcas y pantanos y con toda suerte de preciados paños polovianos.
- 39. La bandera bermeja, el blanco pendón, la oriflama bermeja, el asta de plata fueron para el esforzado hijo de Sviatoslav.
- 40. Duerme en la estepa la valerosa nidada de Oleg. Muy lejos llevó su vuelo.
- 41. No había nacido para sufrir agravios del halcón, ni del jerifalte, ni de ti, cuervo negro, poloviano impío.
- 42. Huye Gzak como un lobo pardo, sigue Konchak sus pisadas, camino del Don magno.
- 43. Al otro día, muy de mañana, arreboles sangrientos anuncian el alba;
- 44. negros nubarrones vienen desde el mar, intentando velar los cuatro soles, y en ellos fulguran centellas azules.
- 45. Grande será el trueno.
- 46. Fiechas lloverán del magno Don. Que-bráranse aquí lanzas, aquí los sables golpearán los yelmos polovianos en el río Kayala, junto al magno Don.
- 47. Oh, tierra rusa, quedas ya del otro lado del alcor.
- 48. Y ya el soplo de los vientos, nietos de Stribog, impele flechas desde el mar sobre las valientes mesnadas de Igor.
- 49. La tierra retumba, bajan turbios los ríos; el polvo ofusca la llanura;
- 50. los estandartes proclaman: avanzan los polovianos del Don y del mar;
- 51. de todos lados rodearon las huestes rusas.
- 52. Los hijos del Diablo cercaron la estepa con su algazara y los valientes rusos la cercaron con los escudos bermejos.
- 53. ¡Vsévolod, toro fiero! Marchas en vanguardia, disparas flechas contra los paganos, golpeas yelmos con las espadas jaralugas.
- 54. Allí, donde cabalgas, toro, luciendo tu yelmo dorado, allí yacen paganas cabezas polovianas.
- 55. Allí los yelmos avaros ruedan astillados por tus sables templados. Vsévolod, toro fiero.
- 56. ¡Qué importan las heridas, hermanos, a quien ha olvidado la vida y los honores, y la ciudad de Chernígov y el áureo solio paterno y de su bella y querida Glebovna, los encantos y virtudes!
- 57. Hubo siglos de Troyán, pasaron los años de Yaroslav; hubo gestas de Oleg, de Oleg, hijo de Sviatoslav.
- 58. Aquel Oleg fraguaba con su espada discordias y sembraba de flechas la tierra.
- 59. En la ciudad de Tmutarakán ponía el pie en el estribo dorado
- 60. y aquel estruendo oíalo el magno Vsévolod el viejo, hijo de Yaroslav,
- 61. mientras Vladímir cada mañana se tapaba los oídos en Chernígov.
- 62. Pero a Boris, hijo de Viacheslav, la jactancia le llevó al juicio final y sobre la estipa plumosa le extendió un verde sudario por sus ofensas a Oleg, príncipe joven y osado.
- 63. Desde ese mismo Kayala trasladó Sviatopolk el cuerpo de su padre a Santa Sofía de Kiev entre ambladores húngaros.
- 64. Entonces, en los tiempos de Oleg, hijo del Infortunio, se sembraban y poblaban de rencillas y se malograban los predios del nieto de Dazhbog y se acortaba el vivir del hombre.
- 65. Entonces en la tierra rusa se echaba de menos el clamor del labriego, pero graznaban mucho los cuervos al repartirse la carroña, y las urracas parloteaban en su lenguaje. Querían entrar en el festín.
- 66. Esto ocurría en aquellas lides y en aquellas batallas, pero de una lid semejante a ésta no se había tenido noticia.Desde la madrugada a la noche y desde la noche al alba vuelan las flechas aceradas, retumban los sables en los yelmos, las lanzas jaralugas se quiebran en la llanura ignota en medio de las tierras polovianas.
- 67. La tierra negra bajo los cascos quedó sembrada de huesos y regada de sangre; y de allí nació el gran duelo por la tierra rusa.
- 68. ¿Qué murmullo escucho, qué tañido me llega de lejos, al quebrar el alba?
- 69. Igor manda volver grupas a su mesnada: siente compasión de Vsévolod, su hermano amado.
- 70. Se batieron un día y el otro, y al tercero, al mediodía, cayeron las enseñas de Igor.
- 71. Allí se separaron los hermanos, a orillas del raudo Kayala;
- 72. allí escaseó el vino sangriento;
- 73. allí acabaron el convite los valientes rusos : embriagaron a sus consuegros y murieron ellos por la tierra rusa.
- 74. La hierba se mustia de pena, los árboles, tristes, se doblegan hasta el suelo…
- 75. Ya llegaron, hermanos, los tiempos amargos, ya el páramo sepultó a la hueste rusa.
- 76. La angustia dominó a las tropas del nieto de Dazhbog, surgió cual doncella en la tierra de Troyán y al batir sus alas de cisne en el mar azul, junto al Don, ahuyentó los tiempos venturosos.
- 77. Los príncipes dejaron de combatir a los paganos, porque el hermano dio en decir al hermano: «Esto es mío y esotro también es mío.» Y en decir los príncipes de lo pequeño: «Esto es grande.» Y en fraguar la discordia el uno contra el otro,
- 78. mientras los paganos de todos los lados invadían triunfantes la tierra rusa.
- 79. i Oh, qué lejos volaste halcón hacia el mar, persiguiendo a las aves!
- 80. Mas nadie logrará resucitar a las huestes valientes de Igor.
- 81. Lloró por él la congoja y el dolor se esparció por la tierra rusa, derramando fuego de un cuerno ardiente.
- 82. Las mujeres rusas gimieron clamando:
- 83. «¡Oh, nuestros amados, ya no podremos imaginarlos con la mente, ni recordarlos con la memoria, ni mirarlos con los ojos, y ni siquiera tocar el oro y la plata.»
- 84. Kiev, hermanos, gimió de dolor y Chernigov de pena.
- 85. Desbordóse la angustia por la tierra rusa, fluyó la tristeza a raudales sobre la tierra rusa.
- 86. Y mientras los príncipes fraguaban discordias mutuas,
- 87. los paganos victoriosos corrían la tierra rusa, cobrando como tributo una ardilla por hogar.
- 88. Y es que aquellos dos esforzados hijos de Sviatoslav, Igor y Vsévolod, habían olvidado la hostilidad que su padre Sviatoslav de Kiev, temible y magno,
- 89. aplacara con su bravura, aplacara con sus recias mesnadas y sus espadas jaralugas, avanzara sobre la tieTra poloviana; hollara cerros y barrancos; enturbiara ríos y lagos; secara arroyos y pantanos; como un torbellino arrebató de la bahía al pagano Kobiak, arrancándole de entre las férreas y numerosas huestes polovianas. Y se posó Kobiak en la ciudad de Kiev, en el palacio de Sviatoslav.
- 90. Por ello, alemanes y venecianos, griegos y mo-ravos cantan loas a Sviatoslav, y se duelen del príncipe Igor, que hundió su botín en el fondo del Kayala; río poloviano, derramó el oro ruso.
- 91. Y por ello el príncipe Igor pasó de cabalgar en silla dorada a la silla de cautivo.
- 92. Se apenaron las murallas de las ciudades y desapareció la alegría.
- 93. Sviatoslav había tenido un tenebroso sueño en los montes de Kiev.
- 94. «Anoche, de temprano –explicó– me taparon con una sábana negra, sobre un lecho de cedro;
- 95. me escanciaron un vino azul mezclado con acíbar;
- 96. de las impías aljabas vacías derramaban sobre mi pecho gruesas perlas
- 97. y me halagaban. La techumbre ya no tenía caballete en mi palacio de tejas doradas
- 98. y toda la noche, de temprano, grajos grises graznaron en el prado
- 99. ante Plesnesk, metiéronse en el bosque de los Kisán y volaron hacia el mar azul.
- 100. Y hablaron los boyardos al príncipe :
- 101. «La congoja, oh príncipe, te ha secuestrado el juicio.
- 102. Dos halcones despegaron del áureo solio paterno : querían ganar la ciudad de Tmutarakán o beber en su yelmo agua del Don. Pero a los halcones les recortaron las alas los paganos y los amarraron con pihuelas de hierro.
- 103. El día tercero también fue oscuro: los dos soles se consumieron, se apagaron los dos pilares arrebolados y con ellos dos jóvenes lunas, Oleg y Sviatoslav, se envolvieron en tinieblas y se hundieron en el mar.
- 104. En el río Kayala la oscuridad venció a la luz:
- 105. los polovianos se esparcieron por la tierra rusa cual carnada de onzas.
- 106. Ya el oprobio se impone a la honra,
- 107. el abuso domina a la libertad;
- 108. ya el Div se ha lanzado sobre la tierra.
- 109. Ya las hermosas doncellas godas cantaron a la vera del mar azul sonajeando el oro ruso;ensalzan los tiempos de Bus, abrigan la esperanza de vengar a Sharukán.
- 110. Mientras nosotros, mesnaderos, echamos en falta las alegrías.
- 111. Entonces el gran Sviatoslav derramó la palabra áurea, mezclada con lágrimas y así habló:
- 112. «Oh, sobrinos míos, Igor y Vsévolod: temprano comenzasteis a humillar con la espada la tierra poloviana buscando la gloria propia, pero por malos medios vencisteis y por malos medios derramasteis sangre pagana.
- 113. Vuestros corazones valientes están hechos de acero jaralugo, templados en la batalla.
- 114. ¿Por qué habéis hecho tal deshonra a mis canas plateadas?
- 115. Ya no veo las fuerzas de mi hermano Yaroslav, poderoso y próspero y de hombres sobrado, con los nobles de Chernígov, con los infanzones, con los tatranos, con los shelbires, con los topchakos, con los re-vugos y con los olberos: esos, sin escudo y con un machete, arrollan ejércitos con sus alaridos, voceando la fama de sus ancestros.
- 116. Pero vosotros dijisteis : «Nos batiremos solos, allegaremos la gloria de antaño y nos repartiremos la futura.»
- 117. Mas, ¿acaso, hermanos, debe asombrar en el viejo, ardor de mancebo?
- 118. El halcón en tiempo de muda obliga a los pájaros a remontarse, no consiente que humillen su nido.
- 119. Pero lo triste es que los príncipes no me son ayuda:
- 120. tocan los malos tiempos.
- 121. En Rímov ya gimen bajo los sables polovianos y Vladímir bajo las heridas.
- 122. Pena y angustia siente el hijo de Gleb.
- 123. Gran príncipe Vsévolod: ¿Acaso no puedes ni con la mente acudir desde lejos a guardar el áureo trono paterno?
- 124. Tú, capaz de esparcir el Volga con tus remos y achicar el Don con tus yelmos.
- 125. Si aquí estuvieras una esclava valdría una no-gata y un esclavo una rezana.
- 126. Tú, capaz de lanzar por tierra firme a las lanzas vivas, a los hijos valientes de Gleb.
- 127. Tú, bizarro Rurik, y tú, David. Vuestros hombres con sus yelmos dorados ¿no han estado nadando en sangre?
- 128. ¿No son vuestros valientes mesnaderos los que braman como toros, en el campo ignoto heridos por sables acerados?
- 129. Poned, príncipes, el pie en el dorado estribo, para vengar las afrentas de nuestros días, la tierra rusa, las heridas de Igor, el valiente hijo de Sviatoslav.
- 130. Yaroslav de Galich, el Cabal, estás asentado muy alto, en tu solio en oro labrado, contienes los montes húngaros con tus férreas huestes, impides el paso al rey, cierras las puertas al Danubio, levas cargas por encima de las nubes, dictas justicia hasta el Danubio.
- 131. Tus tormentas arrasan señoríos; franqueas las puertas de Kiev, disparas flechas contra los sultanes más allá de tus predios, desde el áureo solio paterno.
- 132. Dispara, señor, contra Konchak, esclavo pagano, para vengar la tierra rusa, las heridas de Igor, al animoso hijo de Sviatoslav.
- 133. ¡Y tú, bravo Román, y tú, Mstislav! La audaz idea os impulsa al combate.
- 134. Voláis alto para descender decididos a batallar como el halcón que se cierne en los vientos dispuesto a superar en valor a los pájaros.
- 135. Portáis almófares de acero bajo los yelmos latinos que han hecho temblar la tierra y muchos países: los jinovas, lituanos, yatvegos, dereme-lios y polovianos arrojaron sus azconas y humillaron la testa bajo vuestras espadas jaralugas.
- 136. Mas, príncipe, para Igor se opacó ya la luz del sol y los árboles, presagiando desgracias, pierden sus hojas.
- 137. Por el Ros y por el Sula hay reparto de ciudades. Aunque las valientes mesnadas de Igor ya no resucitarán.
- 138. El Don, príncipe, te llama e incita a los príncipes a la victoria.
- 139. Los hijos de Oleg, príncipes osados, han concurrido todos a la batalla.
- 140. Ingvar y Vsévolod, y vosotros, los tres hijos de Mstislav, bien nacidos halcones de seis alas, los que sumasteis más tierras que victorias.
- 141. ¿Donde están vuestros yelmos dorados, las azconas polacas y los escudos?
- 142. Con vuestras flechas agudas obstruid las puertas de la llanura por la tierra rusa, por las heridas de Igor, el esforzado hijo de Sviatoslav.
- 143. El Sula ya no lleva sus olas de plata hacia la ciudad de Pereyaslavl y el Dvina discurre turbio por tierras de los temidos polochanos, entre algazaras paganas.
- 144. Sólo Iziaslav, hijo de Vasilkó, batió con su afilada espada los yelmos lituanos y superó en gloria a su abuelo Vseslav, pero también él cayó tras los escudos bermejos en la hierba sangrienta, abatido por espadas lituanas
- 145. y así habló :
- 146. «Tu mesnada, príncipe, la han tapado los pájaros con sus alas, y las fieras han lamido su sangre.»
- 147. Y con él no se hallaban su hermano Briachislav, ni el otro, Vsévolod. Solitario, el alma perlada, abandonó su cuerpo valiente a través del gorjal dorado.
- 148. Se afligieron las voces, se apagó la alegría, suenan las trompetas de Gorodno.
- 149. Yaroslav y los nietos todos de Vseslav: ya plegáis vuestras banderas, ya envaináis vuestras espadas melladas,
- 150. ya os habéis desprendido de la gloria de vuestros mayores.
- 151. Con vuestras discordias atrajisteis a los paganos sobre la tierra rusa, sobre la heredad de Vseslav.
- 152. Las discordias tienen la culpa de los abusos polovianos.
- 153. En el séptimo siglo de Troyán echó Vseslav suertes sobre qué doncella le sería más grata.
- 154. Púsose con sigilo a caballo, cabalgó hasta la ciudad de Kiev y con la lanza alcanzó el áureo solio kievano.
- 155. De Bélgorod a medianoche corrió como alimaña, envuelto en tinieblas azules y se alzó con la suerte en tres intentos:
- 156. franqueó de mañana las puertas de Nóvgorod, echó por tierra la gloria de Yaroslav,
- 157. y trotó como un lobo de Dudutok al Nemiga. En el Nemiga hacen parvas con las cabezas segadas, las trillan con mayales jaralugos, aventan el alma del cuerpo.
- 158. En el Nemiga las orillas sangrientas no fueron sembradas de trigo, fueron sembradas de huesos de los hijos de Rusia.
- 159. El príncipe Vseslav repartía la justicia a los hombres, asignaba las ciudades a los príncipes y de noche rastreaba como un lobo; de Kiev llegaba a Tmutarakán a los primeros gallos, ganándole la delantera como un lobo al gran Jors.
- 160. En Polotsk tocaron por él a maitines las campanas de Santa Sofía y él oía aquel tañido en Kiev.
- 161. Tenía alma agorera en el cuerpo valiente, pero muchas veces sufrió quebrantos.
- 162. Boyan, sabio y agorero, compúsole esta canción:
- 163. «Ni el astuto, ni el diestro, ni el ave ligera podrán eludir el juicio final.»
- 164. Oh, habrá de gemir la tierra rusa remembrando los tiempos pasados y a los príncipes de antaño.
- 165. A aquel viejo Vladimir no le hubieran podido clavar a las montañas de Kiev.
- 166. Sus enseñas hoy son una de Rurik y otra de David, pero cada una tremola a su aire,
- 167. las lanzas cantan sin concierto.
- 168. En el Danubio se escucha la voz de Yaroslavna, como gaviota oculta:
- 169. «Volaré como gaviota sobre el Danubio,
- 170. mojaré mi manga de seda en el río Kayala,
- 171. limpiaré las heridas sangrantes del príncipe en su cuerpo recio.»
- 172. Yaroslavna llora de madrugada en Putivl sobre el adarve, clamando:
- 173. «¡Oh, viento alado! ¿Por qué soplas, señor, tan fuerte?
- 174. ¿Por qué en tus alas raudas llevas las flechas enemigas contra los guerreros de mi amado?
- 175. ¿No te basta, acaso, soplar en el alto cielo, meciendo las naves en el mar azul?
- 176. ¿Por qué, señor, has esparcido mi dicha por la hierba?
- 177. Yaroslavna llora de madrugada en Putivl sobre el adarve clamando:
- 178. «Oh, Dniéper glorioso, te has abierto paso a las montañas rocosas a través de la tierra poloviana.
- 179. Has llevado sobre tus aguas las naves de Sviatoslav hasta las huestes de Kobiak.
- 180. Tráeme hasta aquí, señor, a mi amado, para que no tenga yo que mandarle mis lágrimas, hasta el mar de temprano.»
- 181. Yaroslavna llora de madrugada en Putivl sobre el adarve clamando:
- 182. «Claro sol, una y tres veces claro sol, para todos eres hermoso.
- 183. ¿Por qué, señor, extendiste tus rayos abrasadores sobre los guerreros de mi amado? En el campo árido la sed les corvó los arcos, la angustia les cerró las aljabas.»
- 184. Encrespóse la mar a medianoche; avanzaron los torbellinos entre celajes. Dios señaló al príncipe Igor el camino desde la tierra poloviana hasta el áureo solio paterno.
- 185. Se apagó a la noche el crepúsculo. Igor duerme, Igor vela. Igor mide con la mente la estepa, del magno Don al pequeño Donets.
- 186. A medianoche Ovlur silbó al caballo tras el río; mandó al príncipe espabilarse.
- 187. Gritó; golpeó la tierra, susurró la hierba, se movieron las tiendas polovianas.
- 188. El príncipe Igor corrió como armiño hacia los juncos, cayó en el agua como un somormujo blanco.
- 189. Subió presto al caballo veloz y saltó de él como el lobo gris.
- 190. Y corrió buscando la vega del Donets y voló como halcón entre la niebla sacrificando ánades y cisnes para el almuerzo, la comida y la cena.
- 191. Mientras Igor volaba como un halcón, corría Ovlur como un lobo, sacudiendo al pasar el fresco rocío; fatigaron sus veloces corceles.
- 192. Dijo el Donets:
- 193. «Príncipe Igor, tu te has ganado la honra, Konchak el odio y la tierra rusa el contento.»
- 194. Igor dijo:
- 195. «Oh, Donets, tú también te has ganado la honra de mecer al príncipe sobre tus olas, de ofrecerle por lecho la hierba verde en tus orillas plateadas, de envolverle en cálidas brumas a la sombra de un árbol verde,
- 196. de protegerle con los ánsares en el agua, con las gaviotas sobre las olas, con los patos en los vientos.»
- 197. Pero el río Stugna, dijo, no es así: aunque tiene ruin caudal, embebió arroyos y regatos, ahogó en una poza al joven príncipe Rostislav, al pie de la orilla oscura.
- 198. La madre de Rostislav llora al joven príncipe Rostislav.
- 199. Las flores se agostaron de pena y los árboles doloridos se inclinaron a tierra.
- 200. No es el croajar de urracas, son Gza y Konchak que marchan tras las huellas de Igor.
- 201. Entonces no graznaban las cornejas, callaban las chovas, no croaban las urracas,
- 202. sólo reptaban las culebras. Los picoverdes señalan con su picoteo el camino del río, los ruiseñores con cantos alegres anuncian el alba.
- 203. Dice así Gza a Konchak:
- 204. «Si el halcón vuela a su nido, abatiremos al halconzuelo con nuestros dardos dorados.»
- 205. Dijo Konchak a Gza:
- 206. «Si el halcón vuela a su nido, enlazaremos al halconzuelo con una moza hermosa.»
- 207. Y dijo Gza a Konchak:
- 208. «Si lo enlazamos con una moza hermosa nos quedaremos sin halconzuelo y sin moza hermosa y los pájaros empezarán a acosarnos en la estepa poloviana.»
- 209. Y dijo Boyan, trovador de los viejos tiempos, los de Yaroslav y de Oleg:
- 210. «Poco vale la cabeza sin tronco, y menos el cuerpo sin cabeza.» Igual la tierra rusa sin Igor.
- 211. Luce el sol en el cielo y el príncipe Igor en la tierra rusa.
- 212. Cantan las mozas allende el Danubio, sus voces se remontan sobre el mar y llegan a Kiev.
- 213. Igor marcha por Boríchev a rezar a la virgen santa de la Torre.
- 214. Alégranse las naciones, hólganse las villas.
- 215. Loados los príncipes ancianos, prestaremos homenaje a los mancebos.
- 216. Gloria a Igor el hijo de Sviatoslav, a Vsévolod, el toro fiero, a Vladímir, hijo de Igor.
- 217. ¡Vivan los príncipes y sus mesnadas, que defienden la cristiandad contra las huestes paganas!
- 218. ¡Gloria a los príncipes y a sus mesnadas! Amén.
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Орехов Б. В. Параллельный корпус переводов «Слова о полку Игореве»: итоги и перспективы // Национальный корпус русского языка: 2006—2008. Новые результаты и перспективы. — СПб.: Нестор-История, 2009. — С. 462—473.